FINAL- FOTO SUPERLATIVA

 

Fotografía de la “famosa” Vivian Maier.

Ella utilizaba una cámara Rolleiflex con película. Estas camaras tenían una distancia focal de 80mm y eran de alta velocidad para lo normal de la época, lo cual ayudaba a Maier a tomar estas fotografías de situaciones que transcurrían en la ciudad de manera rápida, para así captar a las personas en su día a día sin tener que pararlas para posar, tomando así imágenes orgánicas y naturales.

La fotografía es de día, con luz natural. Es una foto directa, espontánea, cosa característica de Vivian Maier. Ella deambulaba por las calles con su cámara (que al ser una Rolleiflez le permitía tener más discreción que otro tipos de cámaras que van a la altura de la cara) y sacaba fotos de situaciones espontáneas que sucedían frente a ella.

En la foto el centro de atención va al niño que está a punto de llorar. El está perfectamente enfocado, al igual que su madre que lo regaña (o eso parece) con el cigarrillo en la mano. 

Esta fotografía fue tomada en la década de los 50/60, en ese momento Maier era una niñera en la ciudad (al principio Nueva York, luego Chicago). No sé a ciencia cierta dónde se tomó esta fotografía ni el año, lo increíble de Maier es que todas estas fotos las sacaba “en secreto”, quedaron ocultas por años. 

Ella tomaba imágenes del día a día, de lo que veía en la calle. Tiene varias fotografías de niños haciendo muecas o llorando. 

Para mi esta imagen es superlativa por la narrativa que me da, por lo conocido de esta imagen. Uno siempre ve a un niño que llora y un adulto que lo reta, pero capturar este momento de manera espontánea, hace tantos años, me resulta increíble.

Además, en la fotografía esta la madre con el saco, el cigarrillo, dándole la espalda a la cámara, ignorándola, ignorándonos. Su hijo que mira directo a la cámara con la mueca de llanto listo para lagrimear. Todo me parece superlativo en esta imagen, parece haber sido una imagen ensayada por lo perfecto de la puesta en escena, el hecho de que el niño esté en el medio y la madre de espaldas, que estén en un parque que parece desolado, rodeado de edificios, brinda una narrativa muy interesante a la fotografía.

Podría decirse que cuenta la típica historia de una familia de clase alta, con un niño caprichoso y una madre desinteresada, o un niño que busca que alguien lo mire y por coincidencia encuentra el lente de Vivian Maier.

En sí, todas las fotos de Vivian Maier captan un momento de la vida de extraños, pero al hacer eso, nos acerca a ellos, nos hace reflejarnos en desconocidos. En todas sus fotos tiene un increíble manejo de la cámara pero también del momento, de cuando saca la foto para captar lo que quiere. Siento que en esta fotografía del niño que llora toma algo que es reconocible en cualquier época, que tiene una historia que se puede leer en el momento, que denota una situación sin siquiera haberlo ensayado.

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